miércoles, 27 de mayo de 2009

Relato I - OTE

Aquella sería su última ronda por la isla antes de regresar a casa.

Llevaba tiempo deseando atreverse a tomar la decisión, pero al fin estaba haciéndolo…

El agotamiento físico incidía en la debilidad de su malherido ánimo descalabrado por el fracaso de su aventura, y el desasosiego iba apoderándose de él mientras esperaba en el andén la incierta llegada del tren de los viernes.

La humedad y el calor le asfixiaban aquella tarde, y solo podía aliviar la sed de su cuerpo sudoroso apurando los últimos sorbos de una tibia infusión de casina lacteada.

Estaba fuera de sí, inquieto, angustiado, exhausto, incómodo… Deseaba arañar el tiempo y escapar cuanto antes de allí dejando atrás aquella penosa situación; ansiaba librarse de su encierro y huir como un pajarillo de su jaula; anhelaba no volver a sentirse como el gastado sobarbo de un viejo molino que gira sin remedio a merced del destino.

Mañana temprano embarcaría; mañana mismo; todavía mañana…



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